Si has notado un bulto en el cuello, bajo un brazo o en la zona de la ingle, es buena idea vigilarlo y comprobar si hay otros síntomas de un cáncer de sangre llamado linfoma. Muchos de los síntomas del linfoma pueden ser similares a los de un resfriado, COVID o la gripe. Algunos de los síntomas del linfoma también pueden ser causados por la artritis reumatoide o la psoriasis. Si has notado algo inusual y te sientes decaído, lo mejor es que conciertes una cita con tu médico para que investigue más a fondo.
No todos los pacientes con linfoma tienen bultos, aunque es un síntoma fácil de detectar. Veamos los diferentes signos del linfoma.
¿Por qué el linfoma causa bultos?
El linfoma es un tipo de cáncer que afecta al proceso de limpieza natural del organismo, denominado sistema linfático, que se utiliza para combatir las infecciones. El sistema linfático incluye los ganglios linfáticos, el bazo, el timo y la médula ósea. Hay muchos ganglios linfáticos en el cuello, bajo el brazo y en las ingles. Cuando los linfocitos, las células que se utilizan para combatir las infecciones, se vuelven cancerosos, pueden empezar a endurecerse y desarrollar bultos en el cuello o en otras zonas donde hay muchos ganglios linfáticos.
¿Cómo se sienten los bultos del linfoma?
Que haya un bulto no significa que tengas cáncer. Puede haber varias causas de un ganglio linfático inflamado, como un resfriado, la gripe o un quiste de grasa.
Un bulto de linfoma tiende a ser indoloro y se siente gomoso al tocarlo. La inflamación de los ganglios linfáticos causada por otras afecciones, como la gripe, puede hacer que los ganglios linfáticos se hinchen y se sientan sensibles al tocarlos. Un bulto de linfoma también tiende a ser móvil bajo la piel, en lugar de ser duro e inamovible.
Los bultos pueden aparecer en varios lugares del cuerpo a la vez y en grupos. Pueden aparecer a lo largo de varios años o pueden aparecer en pocos días.
Otros síntomas del linfoma además de un bulto
Hay algunos otros síntomas del linfoma que pueden ser similares a los de un virus como el del resfrío o el COVID. Sin embargo, estos síntomas no desaparecen como cuando estás enfermo.
Uno de los signos más comunes del linfoma es sentirse agotado. Tu cuerpo está trabajando duro para mantener su respuesta inmunitaria. Este tipo de fatiga no se arregla con un buen descanso nocturno. Es una fatiga persistente y continua. Algunos otros signos y síntomas comunes son
- Dificultad para recuperar el aliento
- Fiebre sin motivo explicable
- Pérdida de peso sin explicación
- Picor en la piel
- Sudores nocturnos
- Disminución del apetito
- Sentirse lleno o hinchado sin razón aparente
- Contraer infecciones frecuentes
Si estos síntomas son causados por un linfoma, pueden variar según el tipo de linfoma. Asegúrate de comentar cualquier síntoma con tu médico para descartar otras posibles causas, como la menopausia o una enfermedad general.
El tipo de linfoma afecta a sus síntomas y tratamientos
Hay varios tipos de linfoma, que pueden afectar a cómo te sientes. Su diagnóstico le dirá al oncólogo más sobre qué partes del cuerpo están siendo más afectadas y cómo se está extendiendo el cáncer. Hay más de sesenta subtipos de linfoma, por lo que identificar el tipo correcto es muy importante para poder prescribir el tratamiento óptimo.
Existen dos grandes categorías de linfomas:
Linfoma de Hodgkin
Este tipo de linfoma se atribuye a algo llamado célula de Reed-Sternberg. Se trata de células del líquido linfático que se encuentran bajo el núcleo. Suele aparecer en los ganglios linfáticos de todo el cuerpo, normalmente en la parte superior, como el cuello, el pecho o las axilas. Se extiende en un patrón progresivo que va de un nodo a otro. Como la progresión es predecible, es bastante fácil de tratar y detectar.
Los síntomas del linfoma de Hodgkin son también más sistémicos, como picores, sarpullidos, fiebre, pérdida de peso progresiva, etc. Si este tipo de cáncer también ha afectado a la médula ósea es probable que también notes dificultad para respirar, infecciones frecuentes e incluso problemas de sangrado como hemorragias nasales o pequeñas manchas de sangre bajo la piel.
Linfoma no Hodgkin
Hay muchos subtipos de linfoma no Hodgkin. Algunos tipos crecen muy lentamente, denominados de bajo grado, y no causan muchos de los síntomas del sistema, como fiebre, infecciones y sudores nocturnos. Por ello, a veces el linfoma no hodgkiniano no se diagnostica durante mucho tiempo, lo que dificulta su tratamiento. El linfoma de bajo grado también tiende a ir y venir con tratamientos necesarios periódicamente a lo largo de la vida del paciente.
Los linfomas no Hodgkin de alto grado a veces también se denominan agresivos porque las células crecen más rápido que las del linfoma de bajo grado. Esto también significa que los síntomas son más notables. Los tratamientos suelen tener éxito en estos pacientes porque pueden iniciarse con bastante rapidez tras el inicio de los síntomas.
¿Cuándo debo ir al médico?
Los bultos son un signo revelador y, si están causados por un virus, deberían volver a la normalidad en una o dos semanas. Si tienes un bulto que no desaparece o experimentas alguno de los síntomas anteriores, especialmente en combinación con otros, debes concertar una visita con tu médico.
Por lo general, el médico realizará inicialmente un examen físico para buscar hinchazón o algo fuera de lo normal. También realizará algunos análisis de sangre para ver si hay signos de linfoma u otra afección sanguínea que pueda estar causando síntomas.
Se puede tomar una biopsia (extracción) del bulto y enviarla al laboratorio. Analizarán la muestra para buscar cualquier célula cancerosa o indicios de lo que podría ser.
¿Cómo se trata el linfoma?
Afortunadamente, el linfoma es una enfermedad altamente tratable para la mayoría de los pacientes, especialmente si se detecta a tiempo. Para algunos pacientes con linfoma no Hodgkin de bajo grado, la vigilancia activa es el primer paso antes de comenzar el tratamiento. El paciente está bajo el cuidado de un oncólogo que determinará cuándo es un buen momento para iniciar el tratamiento para que sea más eficaz.
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Lostratamientos habituales del linfoma incluyen la cirugía para extirpar el bulto canceroso, la quimioterapia y, ahora, la inmunoterapia. Se están llevando a cabo numerosas investigaciones para ampliar el uso de la inmunoterapia en los pacientes con linfoma, permitiendo que el propio sistema inmunitario del paciente combata las células cancerosas.
Rocky Mountain Cancer Centers ofrece ensayos de investigación clínica a los pacientes de linfoma que reúnen los requisitos necesarios, lo que permite acceder a los tratamientos más recientes y avanzados contra el cáncer cerca de casa.
Expertos en cáncer de sangre de Colorado
El linfoma debe tomarse en serio. Si encuentras un bulto que no desaparece por sí solo en una o dos semanas, o si notas otros síntomas junto con un bulto, programa una cita con el médico y sé sincero sobre lo que has notado.
Cuanto antes se detecte el linfoma, mejores serán los resultados del tratamiento. Si le han diagnosticado un linfoma, solicite una cita en uno de nuestros centros oncológicos de Colorado. Le orientaremos sobre su diagnóstico, el plan de tratamiento y cómo gestionar la vida con el cáncer.