Inmunoterapia
Los fármacos de inmunoterapia estimulan el propio sistema inmunitario del organismo para combatir el cáncer. Aunque las inmunoterapias comenzaron a utilizarse oficialmente a finales de la década de 1990, algunos creen que el concepto se remonta a más de 100 años atrás, cuando los médicos observaron por primera vez que algunos pacientes con cáncer entraban en remisión después de que su sistema inmunitario combatiera una fiebre.
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¿Qué es la inmunoterapia?
El sistema inmunitario del organismo está bien equipado para combatir bacterias, virus y otros invasores. Pero el cáncer es a menudo demasiado para que el sistema inmunitario pueda manejarlo por sí solo. La inmunoterapia es un tratamiento contra el cáncer que ayuda al sistema de defensa natural del cuerpo a luchar contra el cáncer, reforzando el sistema inmunitario para que pueda atacar a las potentes células cancerosas. Las tasas de éxito de la inmunoterapia han demostrado ser favorables.
La inmunoterapia puede utilizarse sola o junto con la cirugía o la radiación para:
- Detener o ralentizar el crecimiento de las células cancerosas
- Evitar que el cáncer se extienda a otras partes del cuerpo
- Matar las células cancerosas
Tipos de inmunoterapia
Hay varios tipos de medicamentos de inmunoterapia:
- Los anticuerpos monoclonales son proteínas que se adhieren a determinadas proteínas de las células cancerosas, marcando el lugar donde el sistema inmunitario debe atacar.
- Los inhibidores del punto de control inmunitario bloquean una proteína de las células cancerosas que impide que el sistema inmunitario las ataque.
- Las vacunas de tratamiento están compuestas por células cancerosas, células cancerosas parciales o antígenos para reforzar el sistema inmunitario.
- La terapia de transferencia de células T potencia la capacidad natural de sus células T para combatir el cáncer.
- Los moduladores del sistema inmunitario mejoran la respuesta inmunitaria del organismo contra el cáncer.
La inmunoterapia suele administrarse por vía intravenosa cada dos o cuatro semanas. La inmunoterapia suele tener menos efectos secundarios que la quimioterapia tradicional, pero sigue teniendo efectos secundarios.
¿Qué cánceres pueden tratarse con inmunoterapia?
Actualmente hay más de 900 ensayos clínicos de inmunoterapia. Los fármacos de inmunoterapia se desarrollan para trabajar con tipos específicos de cáncer, por lo que no todos los pacientes con cáncer pueden recibir inmunoterapia. El tratamiento de inmunoterapia está actualmente aprobado para el tratamiento de:
- Melanoma
- Cáncer colorrectal
- Cáncer de pulmón de células no pequeñas
- Cáncer de cabeza y cuello
- Cáncer de vejiga
- Cáncer de riñón
- Linfoma de Hodgkin
- Cáncer de células renales
En la actualidad se están llevando a cabo numerosos ensayos clínicos en los centros oncológicos Rocky Mountain , en los que se exploran nuevas inmunoterapias y nuevos usos de las existentes, incluso para el tratamiento del cáncer de mama en fase inicial.
Efectos secundarios de la inmunoterapia
Los fármacos de inmunoterapia se administran con mayor frecuencia por vía oral en forma de pastillas o cápsulas, o por vía intravenosa. Aunque la inmunoterapia es un tratamiento basado en fármacos como la quimioterapia, no suele desencadenar los mismos efectos secundarios que la quimioterapia, como las náuseas y la caída del cabello. Sin embargo, los efectos secundarios de la inmunoterapia suelen ser menores y menos graves.
La inmunoterapia ayuda a su propio sistema inmunitario a atacar las células cancerosas o refuerza su sistema inmunitario para combatir el cáncer. Los efectos secundarios de la inmunoterapia suelen depender de su estado de salud al iniciar el tratamiento, de lo avanzado que esté el cáncer y del tipo y la dosis de terapia que se le administre.
Los efectos secundarios de la inmunoterapia suelen depender del tipo de tratamiento que se reciba. Los efectos secundarios de la inmunoterapia pueden ser leves, moderados o graves.
Otros efectos secundarios de la inmunoterapia pueden ser
- Síntomas similares a los de la gripe, como fiebre, escalofríos, dolores, debilidad, mareos, náuseas o vómitos, fatiga y dolor de cabeza
- Infección bacteriana, vírica o por hongos
- Hinchazón y aumento de peso relacionado con la retención de líquidos
- Palpitaciones del corazón
- Erupción
- Neumonitis
- Endocrinopatías
- Hepatitis
Notifique a su médico cualquier efecto secundario.