Si su plan de tratamiento contra el cáncer incluía la extirpación de ganglios linfáticos o radioterapia, es posible que experimente hinchazón en la zona que le cause molestias y enrojecimiento. Esto se debe a un efecto secundario frecuente del tratamiento del cáncer llamado linfedema. Saber más sobre el linfedema y lo que hay que tener en cuenta puede contribuir en gran medida a reducir el riesgo de que aparezca. Pero, si ya lo tienes, hay varias medidas que puedes tomar para controlarlo.
¿Qué es el linfedema?
El linfedema es la hinchazón (edema) del cuerpo que se produce cuando el sistema linfático funciona mal. El sistema linfático es una parte importante del sistema inmunitario que mueve el líquido linfático por el cuerpo para ayudar a combatir las infecciones. Este líquido actúa como "limpiador" de los desechos del organismo y de las células extrañas. Cuando hay menos ganglios linfáticos, o éstos están dañados, es más difícil devolver el líquido linfático al torrente sanguíneo. Esto hace que el líquido se acumule en los tejidos blandos bajo la piel, provocando una hinchazón progresiva con el tiempo.
Existen dos tipos de linfedema. El linfedema primario es una afección genética poco frecuente con la que nacen algunas personas. El linfedema secundario, sin embargo, es más frecuente, sobre todo en pacientes con cáncer que se han sometido a cirugía o radioterapia.
Aunque este tipo de inflamación puede producirse tras el tratamiento de cualquier tipo de cáncer, es más probable que afecte a quienes han recibido tratamiento para cánceres en los que hay ganglios linfáticos cercanos que puede ser necesario extirpar para asegurarse de que se han eliminado todas las células cancerosas. Entre estos cánceres se incluyen:
- Cáncer de mama
- Melanoma
- Cáncer de vejiga
- Cáncer de ovario
- Cáncer de pene
- Cáncer de próstata
- Cáncer de cabeza y cuello
Por lo general, el linfedema afecta a los brazos o las piernas. Es más frecuente en los brazos en los pacientes con cáncer de mama y en las piernas en los casos de cáncer del aparato reproductor o genitourinario (como el cáncer de vejiga). Sin embargo, también puede desarrollarse en otras partes del cuerpo como el cuello, la cara, la boca, el abdomen o la ingle.
Causas del linfedema
Cuando los tratamientos contra el cáncer, incluida la cirugía, dañan el sistema linfático, existe la posibilidad de que se produzca un linfedema. Las causas más comunes de esta afección pueden ser:
- Cirugía de extirpación de ganglios linfáticos, que ralentiza el flujo adecuado de líquido linfático. El riesgo de linfedema aumenta con el número de ganglios linfáticos afectados.
- Radioterapia que causó cicatrices en los tejidos, con el resultado de ganglios linfáticos dañados y/o vasos linfáticos obstruidos.
- Bloqueo dentro del sistema linfático debido al propio cáncer.
Síntomas del linfedema
Es importante conocer los signos y síntomas del linfedema para poder tratarlo de inmediato. Algunas personas experimentan síntomas repentinamente después del tratamiento, mientras que otras no los experimentan hasta más tarde, a veces meses o incluso años, después.
Los signos y síntomas comunes del linfedema pueden incluir:
- Hinchazón de la parte del cuerpo afectada. Esto puede incluir zonas como la mama, el pecho, el hombro, el brazo o la pierna.
- Cambios en la piel, como tirantez o dureza, picor (especialmente en piernas o dedos de los pies), cambio de textura, enrojecimiento, sensación de calor o ampollas que gotean.
- Menos movimiento o flexibilidad en las articulaciones cercanas (como la mano, la muñeca o el hombro).
- Nuevo dolor, hormigueo, entumecimiento u otras molestias en la zona. La zona también puede tener una sensación de plenitud o pesadez.
- Los collares, anillos, relojes y/o pulseras le aprietan aunque no haya engordado.
- Dificultad para meter el brazo en una chaqueta o manga, o problemas para meterse o abrocharse los pantalones.
Asegúrese de hablar con su equipo de atención oncológica del RMCC si experimenta alguno de los síntomas anteriores para que se puedan tomar las medidas adecuadas. Cuando se diagnostica a tiempo, puede recibir la intervención necesaria para ayudar a disminuir la gravedad de sus síntomas y evitar que empeoren.
Etapas del linfedema
El linfedema se desarrolla de forma progresiva, de leve a grave, y se describe en estadios que van del estadio 0 al estadio III (3):
Estadio 0: No hay hinchazón visible aunque el sistema linfático pueda estar dañado. Puede haber signos sutiles, como sensación de pesadez o dolor en la zona afectada. Esta fase puede durar meses o años.
Estadio I: Inflamación evidente de la zona afectada. Puede sentirse pesada o rígida. La hinchazón suele mejorar cuando se eleva la extremidad (brazo o pierna) o cuando se usan calcetines o mangas de compresión. Esta fase del linfedema puede desaparecer sin tratamiento.
Estadio II: La piel puede o no hundirse al tacto. El engrosamiento de la piel es de moderado a grave. La compresión y la elevación por sí solas no reducen la hinchazón.
Estadio III: Es el estadio más avanzado del linfedema. La piel de la parte del cuerpo afectada está gruesa, seca y dura; la zona está muy agrandada. La hinchazón puede causar ampollas o fugas y el movimiento es difícil. El estadio III es permanente.
Normalmente, los estadios más avanzados (II y III) no responden muy bien al tratamiento. También aumenta el riesgo de celulitis, una infección bacteriana de la piel. Por ello, es mejor buscar atención durante las primeras fases del linfedema.
Formas de controlar el linfedema
Por desgracia, el linfedema no tiene cura. Sin embargo, el tratamiento puede ayudar:
- Reducir la hinchazón
- Prevención de infecciones
- Evitar que el linfedema empeore
- Mejorar su capacidad de funcionamiento
- Mejorar el aspecto de la parte del cuerpo afectada
Un terapeuta de linfedema certificado (CLT) puede trabajar con su equipo de atención del cáncer RMCC para desarrollar un plan para ayudarle a manejar su linfedema. Este plan puede incluir:
- Beber agua: Esto puede parecer lo contrario de lo que necesitas cuando tu cuerpo está hinchado. Sin embargo, beber agua constantemente facilita la eliminación de toxinas y el movimiento del líquido linfático.
- Elevación: Puede recomendarse elevar rutinariamente la extremidad afectada para favorecer el drenaje y reducir la hinchazón.
- Compresión: Esto podría incluir el uso de vendas, esparadrapo, prendas o dispositivos para mantener una presión suave, minimizar la hinchazón y evitar que el líquido vuelva a llenarse en la zona impactada. Hay algunas mangas disponibles para los brazos y las piernas que se pueden comprar para ayudar a evitar que la hinchazón comience. Hable con su equipo oncológico sobre si es una buena opción para usted.
- Cuidado de la piel: Tomar precauciones adicionales en su rutina de cuidado de la piel es muy importante para reducir el riesgo de que la piel se infecte. Su equipo oncológico le enseñará a mantener la zona limpia e hidratada con una crema no irritante. También pueden orientarle sobre cómo evitar lesiones en la piel. Las sugerencias pueden incluir protección contra las quemaduras solares y consejos para el afeitado, como el uso de una maquinilla eléctrica para reducir la posibilidad de cortes.
- Hacer ejercicio: La hinchazón tiende a bajar cuando te pones en movimiento. Sin embargo, esto puede ser difícil si tienes un brazo o una pierna hinchados. Los movimientos específicos pueden mejorar la amplitud de movimiento, aumentar la fuerza y permitir un mejor flujo del líquido linfático por todo el cuerpo.
- Drenaje linfático manual (DLM): Se trata de un masaje suave administrado por un profesional que permite que el líquido drene correctamente en el torrente sanguíneo.
- Terapia descongestiva completa (compleja) (TDC): Se trata de una combinación de drenaje linfático manual, cuidado de la piel, compresión y ejercicio dirigida por su médico o CLT
Asegúrate de hablar con tu oncólogo o con un miembro del equipo de atención oncológica para ver si existen otras formas adecuadas de ayudar a controlar el linfedema. Esto podría incluir tratamientos adicionales o antibióticos para prevenir infecciones secundarias.
Reducir el riesgo de linfedema
Si aún no le han diagnosticado linfedema, puede tomar algunas medidas para reducir el riesgo de desarrollarlo tras el tratamiento del cáncer. Esto incluye:
- Mantener un peso saludable.
- Mantenerse hidratado. Beber mucha agua todos los días.
- Evitar cruzar las piernas, sentarse o permanecer de pie durante mucho tiempo.
- Llevar ropa holgada sin ataduras elásticas apretadas.
- Limitar la exposición a temperaturas severas, calientes o frías.
- No tomar la tensión arterial, insertar una vía intravenosa ni extraer sangre de la extremidad afectada.
- Acudir inmediatamente al médico si la piel se calienta al tacto, se enrojece, se hincha o duele.
Los especialistas en cáncer de Rocky Mountain Cancer Centers están aquí para ayudarle a prevenir y controlar mejor el linfedema después del tratamiento del cáncer.