Si nota un bulto o una zona anormal en el pecho, es posible que su mente piense inmediatamente en la posibilidad de un cáncer. ¿Sabía que existen afecciones mamarias no cancerosas que pueden provocar la aparición de bultos? Es importante que un médico evalúe cualquier bulto o cambio en la mama. Si la causa del bulto es una afección mamaria no cancerosa, es posible que empiece a preguntarse si ello la expone a un mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama en el futuro.
La buena noticia es que muchas afecciones mamarias no cancerosas no influyen en la probabilidad de desarrollar cáncer. Sin embargo, hay algunas que aumentan el riesgo. Echemos un vistazo a las afecciones mamarias no cancerosas y a cuáles aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de mama.
Más información sobre los factores de riesgo del cáncer de mama.
¿Qué es una afección mamaria no cancerosa?
Las afecciones mamarias no cancerosas también pueden denominarse enfermedades mamarias benignas. Se trata de diversas afecciones que afectan al tejido mamario sin ser cancerosas. Una afección mamaria no cancerosa puede causar un bulto en la mama, dolor, secreción del pezón o un cambio en la forma de la mama. Las afecciones mamarias no cancerosas son frecuentes entre las mujeres, ya que hasta la mitad de ellas experimentan algún tipo de cambio en la mama que provoca un bulto a lo largo de su vida.
Tipos de afecciones mamarias no cancerosas
Existen múltiples tipos de afecciones mamarias no cancerosas, como los cambios fibroquísticos mamarios, los quistes mamarios, los fibroadenomas y los tumores mamarios benignos.
Cambios fibroquísticos en las mamas
Los cambios fibroquísticos de la mama se producen como consecuencia de cambios hormonales normales. Cuando las hormonas cambian, el tejido mamario fibroso puede volverse denso, abultado o sensible. También puede provocar la aparición de quistes llenos de líquido en la mama.
Esto es más frecuente entre las mujeres de 30 a 50 años que aún tienen el ciclo menstrual. Estos cambios suelen producirse antes de la menstruación. Los cambios fibroquísticos de la mama suelen desaparecer sin tratamiento. Los cambios fibroquísticos de la mama no aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de mama en etapas posteriores de la vida, a menos que tenga antecedentes familiares tanto de cambios fibroquísticos de la mama como de cáncer de mama. Para estas mujeres, el riesgo es ligeramente elevado.
Quistes mamarios
Los quistes mamarios pueden confundirse fácilmente con bultos cancerosos, pero muchos no lo son. Un quiste mamario es un saco lleno de líquido que suele tener el tacto de una uva. A veces pueden ser más firmes. Los quistes pueden resultar dolorosos antes de la menstruación. La mayoría de las mujeres mayores de 50 años no experimentan quistes mamarios, aunque son un poco más probables si toman terapia hormonal sustitutiva.
Los quistes mamarios pueden variar de tamaño y a menudo no requieren tratamiento porque suelen desaparecer por sí solos. Si es particularmente doloroso, puede ser necesario drenar un quiste mamario mediante una biopsia con aguja.
No existe un mayor riesgo de padecer cáncer de mama si se tienen quistes mamarios. Aunque debes familiarizarte con el tacto normal de tus mamas, fíjate en cualquier bulto nuevo por si aparece algo que no sea el típico quiste lleno de líquido.
Lea nuestro blog: 5 cosas que debes saber sobre tus pechos y los autoexámenes
Fibroadenomas
Los fibroadenomas son nódulos mamarios no cancerosos y firmes que no suelen requerir tratamiento. Son más frecuentes en mujeres menores de 35 años. Se notan suaves y redondos, normalmente como un guisante. Algunos fibroadenomas desaparecen por sí solos, mientras que otros pueden hacerse más pequeños o más grandes con el tiempo. Existen algunos subtipos de fibroadenomas.
- Fibroadenomas complejos que pueden aumentar de tamaño con el tiempo.
- Los fibroadenomas gigantes crecen rápidamente hasta superar los 5 centímetros (2 pulgadas). También pueden presionar el tejido mamario cercano o desplazarlo de su sitio.
- Los tumores filoides están formados por un tejido similar al que crea los fibroadenomas, pero bajo el microscopio el tumor filoide tiene un aspecto algo diferente. Puede crecer rápidamente.
En su mayor parte, los fibroadenomas no aumentan el riesgo de desarrollar cáncer. Sin embargo, existe cierto aumento del riesgo si se trata de un fibroadenoma complejo o de un tumor filodes.
Hiperplasia mamaria
La hiperplasia es un crecimiento excesivo de células en los conductos o glándulas mamarias. No suele causar un bulto, pero puede verse en una mamografía. Existen dos tipos:
- La hiperplasia ductal habitual provoca un crecimiento celular excesivo, pero estas células tienen un aspecto muy parecido al normal.
- La hiperplasia atípica también hace que las células crezcan en exceso, pero se parecen menos a las células sanas.
La hiperplasia atípica se asocia a un mayor riesgo de convertirse en cancerosa. Si su médico descubre que padece este tipo de hiperplasia, puede recomendarle que se extirpe el tejido mamario afectado por la enfermedad y que se realice mamografías u otras pruebas de cribado con más frecuencia que una persona con un riesgo medio de desarrollar cáncer de mama.
Qué hacer si nota un cambio en sus pechos
Siempre debe consultar a su médico si nota algún cambio en sus mamas (como bultos anormales o secreciones). Tu médico puede evaluarte para determinar la afección causante de los cambios y orientarte en el tratamiento.
En el caso de la hiperplasia, es probable que su mamografía muestre esta afección para que pueda comentar con su médico los pasos a seguir.
Vigilancia y cribado mamarios
Muchas de estas afecciones mamarias no cancerosas se dan en mujeres menores de 40 años que aún no tienen programadas mamografías. Esto refuerza la importancia de que cada mujer sepa lo que es normal para sus mamas. Así, si nota algo nuevo, puede concertar una cita con su médico.
También debe acudir al ginecólogo aproximadamente una vez al año para una revisión. Esta cita suele incluir un examen mamario y un examen pélvico. Su médico buscará cualquier cosa inusual, incluso antes de que pueda someterse a una mamografía de cribado.
Si tiene antecedentes familiares de cáncer de mama, debe consultar a su médico antes de los 30 años para decidir cuándo debe iniciar su programa de detección precoz del cáncer de mama.
Las mamografías son la principal herramienta de cribado del cáncer de mama. Esta prueba diagnóstica consiste en una radiografía del tejido mamario. Estas imágenes pueden identificar zonas del interior de la mama que pueden tener un aspecto anormal y que deben analizarse mucho antes de que puedan palparse en un examen, ya sea realizado por un médico o en un autoexamen mamario.
La importancia del autocontrol y el cribado del cáncer de mama
Si tiene una afección mamaria no cancerosa, asegúrese de vigilar los cambios que se producen en sus mamas y tome nota de lo que es diferente de vez en cuando. Hable también con su médico sobre cualquier cosa inusual. Ellos pueden ayudarte a controlar el dolor o las molestias que estas afecciones puedan causarte.
Además de saber qué es normal para usted, es importante que acuda a hacerse las mamografías. Salvan vidas. Su ginecólogo o médico de atención primaria puede ayudarle a identificar un lugar cercano. Están cubiertas por el seguro médico como servicio de atención preventiva. ¡Aprovéchese de ello!
Es muy probable que todo salga normal en su mamografía. Pero si el cáncer de mama se detecta precozmente, su médico puede guiarla en el tratamiento y ayudarla a evitar que crezca y se extienda. La tasa de supervivencia a cinco años de las mujeres con cáncer de mama en estadio precoz es del 99%.
Para más información, consulte nuestra sección sobre cribado del cáncer de mama.