El cáncer no siempre es fácil de detectar, especialmente cuando la mayoría de los signos y síntomas no aparecen hasta que la enfermedad ha avanzado. Sin embargo, determinados órganos del cuerpo pueden ser muy reveladores, por ejemplo: los ganglios linfáticos.
Los ganglios linfáticos, también llamados glándulas linfáticas, forman parte del sistema inmunitario. Cuando los ganglios linfáticos aumentan de tamaño o son sensibles al tacto, es la forma que tiene el cuerpo de alertar de que está luchando contra una infección. También pueden ser un sistema de alerta temprana de ciertos tipos de cáncer, como el linfoma, la leucemia y el cáncer de mama.
¿Qué son los ganglios linfáticos?
Los ganglios linfáticos son la primera línea de defensa del sistema inmunitario. Estos órganos con forma de frijol actúan como filtros de la linfa, un líquido transparente que circula por todo el cuerpo y que aporta nutrientes a las células y arrastra bacterias y otros desechos. Los ganglios linfáticos atrapan partículas extrañas como bacterias, virus e incluso células cancerosas, asegurando su eliminación del organismo.
Los grupos de ganglios linfáticos se encuentran en varias zonas del cuerpo, incluido el suyo:
- mandíbulas
- cuello
- parte superior del pecho
- bajo los brazos
- ingle, a ambos lados del hueso púbico.
Después de padecer una enfermedad o infección, es posible que hayas notado "ganglios hinchados" en el cuello. Si es así, se trata de los ganglios linfáticos que se esfuerzan por defender su sistema inmunitario de los productos de desecho (como bacterias y virus) que su sistema linfático ha detectado.
Cómo se relacionan los ganglios linfáticos y el cáncer
El cáncer puede aparecer en los ganglios linfáticos, ya sea por diseminación desde la localización original, o puede comenzar en los ganglios linfáticos
Es fundamental tener en cuenta que el cáncer en los ganglios linfáticos no significa necesariamente que se tenga un cáncer de ganglios linfáticos. Los cánceres que se inician en otros lugares, por ejemplo, el cáncer de mama, a veces se extienden a los ganglios linfáticos, ya que el líquido linfático transporta las células por todo el cuerpo. Los ganglios también pueden mostrar signos de cambio aunque el cáncer no se haya extendido a otros órganos. Por ejemplo, si le diagnostican un cáncer de mama, es posible que las células cancerosas de la mama se hayan desplazado al sistema linfático, lo que significa que sólo se le trataría por el cáncer de mama.
El cáncer que se inicia en las células del sistema linfático, o linfoma, es un tipo de cáncer de la sangre. Dado que los tejidos linfáticos se encuentran en todo el cuerpo, el linfoma puede comenzar casi en cualquier lugar. Existen muchos tipos de linfoma. Sin embargo, se clasifican a grandes rasgos en dos tipos principales: El linfoma de Hodgkin y el linfoma no Hodgkin.
Los linfomas Hodgkin y no Hodgkin afectan a diferentes tipos de células linfocíticas. El linfoma no Hodgkin es más frecuente y se desarrolla en los ganglios linfáticos de cualquier parte del cuerpo. La mayoría de los casos de linfoma no Hodgkin se encuentran en una fase avanzada cuando se diagnostican.
El linfoma de Hodgkin suele empezar en la parte superior del cuerpo, como el pecho, las axilas o el cuello. Sin embargo, el linfoma de Hodgkin suele diagnosticarse pronto, por lo que se considera un cáncer muy tratable.
Cribado de ganglios linfáticos
Si se le diagnostica un cáncer, es probable que se realicen pruebas para ver si el líquido linfático muestra evidencia de células cancerosas. Los resultados de una exploración de los ganglios linfáticos ayudan a su oncólogo de Rocky Mountain Cancer Centers a identificar en qué fase se encuentra su cáncer y, en última instancia, le ayudan a determinar el tipo y la frecuencia de su tratamiento contra el cáncer.
También se realizará un examen físico. Durante este examen, el médico palpará los ganglios linfáticos cerca de la superficie para comprobar si hay dolor o hinchazón. Sin embargo, muchos ganglios linfáticos son demasiado pequeños o están demasiado profundos en el cuerpo para poder palparlos durante una exploración física. Por lo tanto, también se utilizan tecnologías de imagen como las radiografías, las resonancias magnéticas, las ecografías o los TAC para detectar cualquier aumento de tamaño o irregularidad. Una biopsia de los ganglios linfáticos también suele formar parte del proceso de diagnóstico. El cirujano oncológico suele extirpar uno o dos de los ganglios linfáticos cercanos para ver si muestran algún indicio de cáncer.
Señales a tener en cuenta
Si tienes los ganglios linfáticos inflamados pero no tienes ninguna enfermedad aparente, te animamos a que programes un examen con tu médico de cabecera. Especialmente si sus ganglios linfáticos se sienten duros al tacto, y esa sensación no desaparece después de dos semanas aproximadamente. Cuando cualquiera de los siguientes síntomas acompañe a la inflamación de los ganglios linfáticos, busque atención médica. Estos síntomas incluyen:
- Sudores nocturnos
- Fatiga
- Fiebre
- Pérdida de peso inexplicable
- Tos, dolor en el pecho o dificultad para respirar
- Infecciones frecuentes o graves
- Fácil aparición de hematomas o hemorragias
- Dolor o hinchazón abdominal
- Sentirse lleno después de haber comido una pequeña cantidad de comida
Si su médico le ha indicado que debe someterse a un cribado de los ganglios linfáticos y se encuentra en Colorado, busque la sede del RMCC que le resulte más conveniente y llame para solicitar una cita. Su médico de atención primaria u oncólogo debería poder recomendarle un proveedor de pruebas de detección cerca de usted si no se encuentra cerca de uno de nuestros centros de tratamiento del cáncer.