Los tumores cerebrales y de la médula espinal (también conocidos como sistema nervioso central o SNC) son masas de células anormales en el cerebro o la médula espinal que han crecido sin control. Estos tumores pueden ser benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos).
A diferencia de los cánceres que se inician en otras partes del cuerpo, los tumores que comienzan en el cerebro o la médula espinal rara vez se extienden a órganos distantes. Sin embargo, pueden recorrer distancias cortas dentro del cerebro, causando daños en el tejido sano. Por ello, incluso los tumores benignos suelen tener que ser extirpados o destruidos.
Visite el Instituto Nacional del Cáncer, donde puede encontrar esta información y otras más sobre los tumores cerebrales y el cáncer de cerebro, o haga preguntas a su equipo de atención al cáncer sobre su situación individual.
Signos y síntomas de los tumores cerebrales
Los signos y síntomas del cáncer cerebral pueden ser generales o específicos y dependen de:
- Dónde se forma el tumor en el cerebro o la médula espinal
- El tamaño del tumor
- Qué controla la parte del cerebro afectada
Los síntomas generales del cáncer cerebral se producen cuando el tumor ejerce presión sobre el cerebro o la médula espinal. Los síntomas específicos se producen cuando el tumor inhibe la función de una parte específica del cerebro.
Los síntomas generales del cáncer cerebral pueden incluir:
- Dificultad para conciliar o mantener el sueño
- Somnolencia y fatiga extremas
- Dolores de cabeza intensos o que empeoran con la actividad o durante las primeras horas de la mañana
- Convulsiones
- Cambios significativos en la memoria o la personalidad
- Incapacidad repentina para caminar o realizar actividades cotidianas
- Náuseas o vómitos
Algunos síntomas, como la somnolencia, las náuseas o la fatiga, podrían estar relacionados con otras afecciones distintas del cáncer cerebral. Sin embargo, si los nota combinados o con alguno de los otros síntomas mencionados, asegúrese de concertar una cita con su médico.
Los síntomas específicos del cáncer cerebral pueden incluir:
- Dolor o presión en la zona de la cabeza
- Alteración de la percepción del tacto o de la presión; por ejemplo, confusión con los lados derecho e izquierdo del cuerpo
- Cambios en la visión, incluida la pérdida parcial de visión o la visión doble
- Dificultad con la motricidad fina
- Cambios extremos en el juicio, la motivación o la lentitud
- Dificultad para tragar, junto con debilidad o entumecimiento en la cara
- Debilidad o parálisis muscular
- Cambios repentinos en el habla, la audición, la memoria o el estado emocional
- Nuevos crecimientos en las manos y/o en los pies
- Pérdida inexplicable del equilibrio
- Lactancia inesperada (secreción de leche materna) o cambios en los períodos menstruales, en las mujeres
Detección y diagnóstico del cáncer de cerebro
Los médicos utilizan diversas pruebas para detectar y diagnosticar los tumores cerebrales. Estas pruebas también pueden mostrar de qué tipo de tumor cerebral se trata y si se ha extendido a otras partes del cuerpo. El médico también puede realizar ciertas pruebas para determinar el tratamiento más eficaz.
Pruebas de imagen de tumores cerebrales
Las pruebas de imagen son el principal método para detectar y diagnosticar un tumor cerebral. También pueden mostrar si el tumor es un tumor cerebral primario o si se trata de un cáncer que se ha extendido al cerebro desde otro lugar del cuerpo. Las pruebas de diagnóstico por imagen suelen incluir:
- Resonancia magnética (RM), una prueba que utiliza campos magnéticos para producir imágenes detalladas del cuerpo
- Tomografía computarizada (TC), que crea una imagen tridimensional del interior del cuerpo mediante rayos X tomados desde diferentes ángulos
- Tomografía por emisión de positrones (PET) o PET-CT, una prueba que crea imágenes de órganos y tejidos utilizando diversas sustancias, como azúcares o proteínas
- Arteriograma cerebral, que es una radiografía (o serie de radiografías) de la cabeza que muestra las arterias del cerebro
Otras pruebas diagnósticas que su médico puede realizar para determinar si existe un tumor cerebral pueden ser
- Punción lumbar o punción espinal, que busca células tumorales, sangre o marcadores tumorales en el líquido cefalorraquídeo (LCR)
- Mielograma, una prueba utilizada para averiguar si el tumor se ha extendido al líquido cefalorraquídeo, a otras partes del cerebro o a la médula espinal
- Pruebas moleculares del tumor, que se utilizan para identificar genes específicos, proteínas y otros factores, como los marcadores tumorales, que son exclusivos del tumor
- Pruebas neurológicas, visuales y auditivas para ver si el tumor está afectando a las funciones cerebrales
- Evaluación neurocognitiva, que es una evaluación detallada de todas las funciones cerebrales principales, incluido el almacenamiento y la recuperación de la memoria, las capacidades lingüísticas, la destreza, el cálculo y el bienestar general del paciente
- Electroencefalografía (EEG), una prueba no invasiva en la que se colocan electrodos en el exterior de la cabeza del paciente para medir la actividad eléctrica del cerebro
- Potenciales evocados, que utilizan electrodos para medir la actividad eléctrica de nervios importantes que podrían verse afectados por un tumor en crecimiento
A la hora de elegir una prueba diagnóstica se tienen en cuenta varios factores, como el tipo de tumor cerebral que se sospecha, los signos y síntomas, su edad, su estado de salud actual y los resultados de pruebas anteriores.
Si las pruebas de imagen muestran que puede haber un tumor cerebral, el siguiente paso sería realizar una biopsia, que consiste en tomar una muestra del posible tumor. La muestra de tejido se analizará entonces en un laboratorio.
En la mayoría de los casos, los tumores cerebrales no se diagnostican hasta que el paciente presenta síntomas. Un internista o neurólogo suele dar el diagnóstico inicial.
Tipos de tumores cerebrales
Según la Sociedad Nacional de Tumores Cerebrales, existen más de 130 tipos diferentes de tumores cerebrales, muchos de ellos con su propia multitud de subtipos.
Tipos comunes de tumores cerebrales y espinales
Hay dos tipos más comunes de tumores cerebrales y espinales que pueden aparecer en los adultos.
- Meningiomas, que se originan en las meninges, las capas de tejido que rodean la parte externa del cerebro y la médula espinal
- Gliomas, que se originan en el tejido glial (de apoyo)
Tipos de tumores cerebrales y espinales menos comunes
Los tumores menos comunes, que representan un porcentaje muy bajo de los tumores cerebrales y espinales, o que son más comunes entre los niños que entre los adultos, pueden incluir:
- Los astrocitomas son tumores que se originan en las células gliales llamadas astrocitos. Aproximadamente dos de cada diez tumores cerebrales son astrocitomas.
- Los schwannomas, que se desarrollan a partir de las células de Schwann -células que rodean y aíslan los nervios craneales- representan alrededor del 8% de todos los tumores cerebrales primarios.
- Losoligodendrogliomas, que se originan en las células gliales del cerebro llamadas oligodendrocitos. Alrededor del 4% de los tumores cerebrales primarios son oligodendrogliomas.
- Losependimomas, que son tumores que se inician en las células ependimarias que recubren los ventrículos. Representan el 2-3% de los tumores cerebrales primarios.
- Losmeduloblastomas, que son tumores que se desarrollan a partir de células neuroectodérmicas (formas tempranas de células nerviosas) en el cerebelo. Los meduloblastomas son mucho más frecuentes en los niños que en los adultos.
- Gangliogliomas, que son tumores de crecimiento lento que contienen tanto neuronas como células gliales. Estos tumores son muy poco frecuentes en los adultos.
- Loscraneofaringiomas, que empiezan por encima de la hipófisis pero por debajo del cerebro. Los craneofaringiomas son más frecuentes en los niños, pero a veces se observan en los adultos.
- Loscordomas, que son tumores poco frecuentes que se inician en el hueso de la base del cráneo o en el extremo inferior de la columna vertebral. Aunque no se inician en el sistema nervioso central, pueden lesionar el cerebro o la médula espinal cercanos al presionarlos.
- Loslinfomas no Hodgkin, que se inician en los glóbulos blancos llamados linfocitos (un tipo de célula primaria del sistema inmunitario). Estos linfomas son más frecuentes en personas con problemas del sistema inmunitario, como las infectadas por el VIH, el virus que causa el sida. Sin embargo, en los últimos años, estos linfomas se han vuelto menos comunes debido a los nuevos tratamientos para el SIDA.
- Los tumoreshipofisarios, que se originan en la glándula pituitaria. En la mayoría de los casos, los tumores hipofisarios son masas benignas de crecimiento lento que representan alrededor del 10% de los tumores cerebrales primarios.
Estadificación del cáncer de cerebro
A diferencia de otros tipos de cáncer, al cáncer cerebral se le asigna un "grado" en lugar de un estadio, basado en el aspecto de las células al microscopio. El sistema de clasificación del cáncer cerebral más utilizado, desarrollado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), es el siguiente:
- Grado I: Los tumores suelen ser de crecimiento lento y localizado (no crecen en los tejidos cercanos). Los tumores de grado I a menudo pueden curarse con cirugía.
- Grado II: Los tumores son de crecimiento lento, pero invasivos para el tejido cerebral cercano. Los tumores de grado II tienen una mayor probabilidad de recidiva (volver a aparecer) y pueden transformarse en un tumor de crecimiento más rápido con el tiempo.
- Grado III: Los tumores son visiblemente anormales bajo el microscopio y pueden crecer en el tejido cerebral cercano. A menudo son necesarios otros tratamientos (además de la cirugía).
- Grado IV: Los tumores son los de más rápido crecimiento y suelen requerir un tratamiento agresivo.
Cuidados y tratamiento de los tumores cerebrales
Cuando se trata del cuidado de un tumor cerebral, un equipo formado por diferentes tipos de médicos trabaja conjuntamente para diseñar un plan de tratamiento para el paciente. El plan de tratamiento suele incluir una combinación de tratamientos. Este equipo de profesionales médicos se denomina equipo multidisciplinar.
Las opciones de tratamiento del cáncer cerebral y las recomendaciones dependen de varios factores, entre ellos:
- El tamaño, tipo y grado del tumor
- Si el tumor presiona o no otras partes vitales del cerebro
- Posibles efectos secundarios
- Las preferencias del paciente, así como su estado de salud general
Su equipo multidisciplinar tendrá en cuenta todos estos factores antes de presentarle un plan de tratamiento recomendado y una fecha de inicio.
Opciones de tratamiento de los tumores cerebrales
Las opciones de tratamiento más comunes para los tumores cerebrales son la cirugía, la radioterapia, la quimioterapia, la terapia dirigida y la vigilancia activa.
Cirugía
La cirugía suele ser el primer paso en el tratamiento de los tumores cerebrales, especialmente si se puede extirpar todo el tumor. Los procedimientos quirúrgicos que afectan al cerebro requieren una craneotomía, que es la extirpación de parte del cráneo. Una vez extirpado el tumor, la abertura en el cráneo se cubrirá con el propio hueso del paciente.
Se han realizado varios avances en lo que respecta a la cirugía cerebral, que incluyen:
- La cartografía cortical, que permite a los médicos identificar las áreas del cerebro que controlan los sentidos, el lenguaje y las habilidades motoras.
- Mejora de los dispositivos de imagen, como la cirugía guiada por imágenes (IGS), que ayuda a los cirujanos a planificar y realizar la cirugía con mayor precisión.
- El ácido 5 aminolevulínico, un colorante fluorescente, que es absorbido por las células tumorales, haciéndolas más visibles durante la cirugía.
Además de extirpar o reducir el tamaño del tumor cerebral, la cirugía permite realizar una biopsia, necesaria para el diagnóstico. En el caso de los tumores cancerosos que no se pueden curar, su extirpación puede beneficiar al paciente, ya que puede aliviar los síntomas causados por la presión en el cerebro.
En algunos casos, la localización del tumor hace imposible la cirugía (inoperable). Si el tumor es inoperable, se recomendarán otras opciones de tratamiento.
Radioterapia
La radioterapia es un tratamiento del cáncer que utiliza altas dosis de radiación para destruir las células cancerosas y reducir los tumores. Suele administrarse después de la cirugía y a veces en combinación con la quimioterapia.
El tipo de radioterapia más habitual es la llamada radioterapia de haz externo, que se administra desde una máquina externa al cuerpo. Puede dirigirse al tumor de diversas maneras, entre ellas:
- Radioterapia conformada tridimensional
- Radioterapia de intensidad modulada (IMRT)
- La radioterapia estereotáctica, una técnica que enfoca con precisión los haces de radiación para destruir ciertos tipos de tumores, lo que a menudo da lugar a una mayor cantidad de tejido normal preservado.
Quimioterapia
La quimioterapia es un grupo de medicamentos utilizados para tratar el cáncer. Estos fármacos suelen administrarse por vía intravenosa o por vía oral. Sin embargo, muchos fármacos de quimioterapia no son capaces de atravesar la barrera hematoencefálica y entrar en el líquido que rodea el cerebro y la médula espinal. Por ello, su oncólogo puede sugerirle otra alternativa, denominada quimioterapia intratecal. En la quimioterapia intratecal, se inyecta un fármaco anticanceroso en el espacio lleno de líquido para eliminar las células cancerosas.
Mientras reciben el tratamiento activo, los pacientes son controlados cada 2 o 3 meses con una resonancia magnética cerebral. El grado del tumor suele determinar la frecuencia con la que es necesario realizar resonancias magnéticas después del tratamiento.
Terapia dirigida
Las terapias dirigidas son fármacos u otras sustancias que se dirigen a genes, proteínas o tejidos específicos de un tumor. Se diferencian de la quimioterapia en que pueden identificar las células cancerosas y atacarlas, dejando tranquilas a las células normales y sanas.
La terapia antiangiogénica se utiliza habitualmente para los tumores cerebrales porque "priva" al tumor de los nutrientes que hacen que crezca y se extienda. Se están investigando otras terapias dirigidas al cáncer cerebral.
Vigilancia activa
La vigilancia activa consiste en vigilar de cerca el tumor o los tumores cerebrales de un paciente, pero sin administrarle ningún tratamiento a menos que se produzcan cambios en los resultados de las pruebas que muestren que la enfermedad está empeorando. La vigilancia activa puede utilizarse para evitar o retrasar la necesidad de tratamientos como la radioterapia o la cirugía, que pueden causar efectos secundarios u otros problemas. Durante la vigilancia activa, se realizan determinados exámenes y pruebas de forma regular. La vigilancia activa puede utilizarse para los tumores cerebrales y espinales de crecimiento muy lento que no causan síntomas.
Nuestro equipo de atención al cáncer está aquí para responder a cualquier pregunta que tenga sobre su situación individual. Una vez que se ha establecido un plan de tratamiento, nuestro personal está aquí para ayudarle a usted o a su ser querido en cada paso del tratamiento del cáncer.
Hay muchos ensayos clínicos en curso que evalúan nuevas terapias, como la terapia de protones y la terapia biológica, así como posibles fármacos para tratar los tumores cerebrales. Si desea más información, puede hablar con su oncólogo sobre los ensayos clínicos disponibles, o puede visitar nuestra página de ensayos clínicos sobre el cáncer disponibles.
Causas, factores de riesgo y prevención
Los tumores cerebrales primarios comienzan en el propio cerebro o en los tejidos circundantes, como las membranas que cubren el cerebro (meninges), los nervios craneales, la glándula pineal o la hipófisis. Cuando las células normales mutan, crecen y se dividen a un ritmo mayor, dando lugar a una masa de células anormales que forman un tumor.
La mayoría de los tumores cerebrales no están relacionados con ningún factor de riesgo conocido. Sin embargo, hay algunos factores que pueden aumentar el riesgo.
Los factores de riesgo de los tumores cerebrales pueden ser
- Compromiso del sistema inmunitario, que puede aumentar el riesgo de desarrollar linfomas cerebrales.
- Laexposición a la radiación, que suele provenir de la radioterapia para tratar otra enfermedad. Las pruebas de imagen que utilizan radiación (radiografías, TAC) podrían aumentar el riesgo, pero no se sabe con seguridad.
- Antecedentes familiares, aunque esto es muy raro. La enfermedad de Von Hippel-Lindau, el síndrome de Li-Fraumeni, la esclerosis tuberosa y la neurofibromatosis (NF1 y NF2) son enfermedades hereditarias que se han encontrado en familias con antecedentes de tumores cerebrales raros.
Prevención del cáncer
Hacer cambios en el estilo de vida más saludables (por ejemplo, dejar de beber y fumar) puede ayudar a reducir el riesgo de muchos cánceres en adultos, incluidos los de pulmón y mama. Sin embargo, en lo que respecta a los tumores cerebrales, no se conocen factores de riesgo relacionados con el estilo de vida o el medio ambiente, aparte de la exposición a la radiación.